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Hoy vengo reivindicativa, porque no es para menos. Y es que no vamos bien. No señores, nada bien.

Pongámonos en contexto. Yo soy una ferviente defensora de la Educación Pública. (También de la Sanidad Pública, pero de este tema, ya hablaremos otro día). Creo sinceramente que todos los niños tienen derecho a una educación de calidad, independientemente del poder adquisitivo que tengan los padres. Esto garantiza una sociedad instruida, formada y con capacidades. Una sociedad que piensa. Una sociedad en la que cualquiera puede tener acceso al puesto de trabajo al que aspire. ¿Idealista? Puede…

Yo fui a un cole público, a un instituto público y a una universidad pública. Tuve una buena educación progre, postdictadura, con muy buenos maestros (algunos más, otros menos) y excelentes profesores. Fui una buena estudiante, conseguí una nota de corte alta y puede estudiar en la universidad que quise. Porque la universidad pública era asequible. Muy asequible. Y si, además, eras una estudiante de matrícula, conseguías créditos gratuitos para el siguiente año. Estudié con gente de familia adquisitiva alta, muy alta. Y con gente de familia adquisitiva baja.  Pero todos nos licenciamos por igual y conseguimos trabajos. Y a mí me ha ido bien. Sin necesidad de que mis padres tuvieran que pagar un dineral por algo que es un derecho fundamental. Porque nosotros éramos la típica familia de clase media de los 80, que comprábamos la ropa en el Pryca y el mercadillo de los lunes.

Y cuando buscamos cole para nuestros hijos, yo tenía claro que quería que fueran al cole público. Odio escuchar a gente a mi alrededor cuando afirma que no quiere cole público «porque están llenos de inmigrantes» o «porque los padres se tienen que implicar demasiado». Así, no vamos bien.

Pero llegaron los recortes, tanto los centrales como los autonómicos. Nos quitaron la 6ª hora. Y llegó la reforma educativa del señor Wert. Y pienso yo, ¿cómo puede ser que la educación no sea prioritaria en cualquier sociedad? ¿Cómo puede ser que la gente con recursos tenga derecho a una educación de mejor calidad? ¿Cómo puede ser? La verdad, no lo entiendo. Y me avergüenza muchísimo.

Hace unos años, estuve en Argentina en casa de unos amigos. Pues bien, mi amiga estaba muy preocupada sobre el tema de la educación de su hija, ya que allí la educación pública está tan, tan y tan mal, que no es una opción. Y la educación privada sale por unos 600 euros al mes. ¿Lo veis normal? Yo, no. Me escandaliza. Luego está el famoso caso de Finlandia. Edudación gratuita de calidad para TODOS, ricos y pobres. Solo un 3% de educación privada, maestros que cobran sueldos acordes con la importancia de su profesión y niños formados.

Y todo este rollo ¿a qué viene? Pues porque quiero romper una lanza a favor de muchos maestros luchadores que no se conforman con las directrices marcadas, que meten horas extras que no les pagan para que los niños no paguen por culpa de unos recortes políticos, y por muchos padres que se arremangan, día a día, para hacer lo que sea para que sus hijos tengan una escuela en condiciones. Un aplauso grande para todos ellos.

Este es el caso de nuestro cole. La Generalitat y sus recortes dejaron a los niños de P4 y P5 sin maestros de inglés. No es que yo sea de las que piensen que es importantísimo que con 4 años empiecen a hablar inglés, pero me da rabia que nos los quiten por tema presupuestario. Así que las maestras de ciclo infantil decidieron que dos de ellas darían las clases de inglés, de forma voluntaria y como buenamente pudieran. Y a ellas se unieron tres padres, que cada semana han estado yendo al colegio a dar esas clases de inglés que el gobierno decidió quitarles a nuestros hijos. Para mí, son héroes. Porque una obligación semanal como esta sin ver ni un duro no tiene precio.

Para agradecerles todo el esfuerzo realizado, entre todos los padres de P4 decidimos regalarles este pastel conmemorativo para que se lo comieran junto con las maestras y los niños. Una celebración contra la tiranía de las clases gobernantes. Porque seguro que si nos paramos a ver a qué coles van todos los hijos de los mandamases, nos escandalizaríamos.

Gracias a BEN, OLIVIA Y DEBORAH por hacer que mi hijo Èric y todos los compañeros de su clase hayan tenido la opción de aprender canciones, conocer los colores y disfrutar aprendiendo en inglés. De todo corazón. Lo que habéis hecho no tiene precio.