Tarta fondant de Hora de Aventuras.

Otra de las tartas que me encargaron este fin de semana fue de uno de los temas míticos del momento: Hora de Aventuras. Como sabéis yo intento no repetir jamás modelos de tarta, así que cuando me piden un tema que ya he hecho antes, vuelvo a empezar y pensar cómo la haré esta vez. De hecho es curioso porque Aran, que es el niño para quien era esta tarta, ya el año pasado me pidió un tema que ya había hecho. Ve mis tartas y le pide a su madre que quiere eso también para él. Qué guay 🙂

Lo que tenía claro es que tenía que mejorar bastante el muñequito de Finn que hice la otra vez que me salió un pelín jíbaro, jejeje. Tuve una inestimable ayuda y salió perfecto. Ole, ole. Como en cualquier aspecto de la vida, la práctica es la mejor escuela que hay y claro está cuanto más practicas, mejor salen las cosas.

Lo acompañé con su inseparable amigo Jake y con un decorado de montañas hielo y piruletas y chuches en honor a la princesa Chicle. Todo modelado con fondant. Ni siquiera me hizo falta endurecerlo o usar pasta de modelar, porque el fondant Sweet Art queda bastante durito.

Muchas veces se piensa que para que una tarta sea llamativa o espectacular debe ser muy grande. Y que con las tartas pequeñas, de pocas raciones, no se pueden hacer cosas que llamen la atención. Para mí esta tarta es un ejemplo de que eso no es cierto. Es una tarta para 10 personas, de un solo piso, pero muy bien decorada y equilibrada. Con buenos acabados y buenos elementos. Una tarta fácil a simple vista, pero con horas de trabajo detrás. Y por dentro, bizcocho de chocolate relleno de Swiss buttercream de oreo.

¿Y qué me decís del «cake stand» tan chulo que me han hecho? Una caja de 2 kilos de fresas pintada con chalk paint. Gràcies Sandra! Queda genial!!!